Desafíos
¿Cuáles son los desafíos del liderazgo en las empresas? Hoy y mañana. ¿Qué líderes necesitamos? En estas páginas encontrarás el puntapié inicial de nuestra propuesta y una reseña bibliográfica para alimentar la reflexión. “Desafíos” fue la idea de un newsletter primero, la de un blog después y finalmente la de una mesa de debate. Hoy esperamos que sea todo eso junto.
28/03/19 Ideas

Pensamiento estratégico

Para hacer frente a los “Desafíos” de este nuevo escenario necesitamos desarrollar algunas habilidades y competencias. Fieles a nuestro estilo, hicimos una serie de videos con ideas y reflexiones sobre competencias laborales fundamentales para trabajar en construcción, y porqué no, también en otros ámbitos.

El PENSAMIENTO ESTRATÉGICO es la habilidad para comprender rápidamente los cambios del entorno, las oportunidades del mercado, las amenazas competitivas y las fortalezas y debilidades de su propia organización a la hora de identificar la mejor respuesta estratégica.

Sumamos además, unas recomendaciones entretenidas para seguir reflexionando sobre el pensamiento estratégico:

Películas

El juego (1997)
IMDb

Michael Douglas es un multimillonario solitario, su hermano le hace un regalo de cumpleaños que lo llevará al límite. El juego, ilustra cómo es posible desarrollar un plan a partir de tener la información adecuada.

El plan perfecto (2006)
IMDb

Un grupo de ladrones se propone entrar a un banco, robarlo y salir de allí sin sufrir bajas. Para ello deberán analizar todas las variables y armar el plan adecuado.

Libros 

El arte de la guerra, de Sun Tzu

Es un libro basado la comprensión del ser humano, tanto del enemigo como de sí mismo y sus reacciones, de la naturaleza, de la realidad y de lo-medios para llevar a cabo acciones victoriosas mediante la astucia, el conocimiento y la inteligencia.

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21/11/17 Reflexiones # , , , , ,

Backfeed

– “Le das realmente mucha importancia si dejas que controle de ese modo
tu vida”, le dije. Y él: “¿Te gustaría saber si quiero oír lo que me estás diciendo?”

– ¿Dijo eso?

– No. Me lo hizo saber.

(Doctor Wayne W. Dyer y Lua Senku, Diálogos / Rabia, Sergio Bizzio)

 

Hace poco leí un artículo sobre “feedback” y la importancia de que ocurra más a menudo. En líneas generales, la publicación apuntaba a que no estamos preparados para recibirlo. Ni las personas, ni las organizaciones.

Sospecho que no siempre hacemos un uso adecuado del significado real de la palabra, y en ese sentido, el texto me dejó pensando en que sería bueno dar vuelta el punto de vista y preguntarnos ¿cómo damos feedback? Tal vez viene de allí el indicio de no ser buenos receptores de la opinión ajena sobre nuestro accionar.

Tomemos como definición sintética la capacidad de un emisor para tomar reacciones de el o los receptores y modificar su mensaje, de acuerdo con lo recogido y de manera constructiva. Sería algo así como la retroalimentación que implica la constante inversión de roles entre emisor y receptor para generar una transformación que desemboque en una resolución satisfactoria

El artículo plantea que “una forma madura” de recibir feedback, es verlo como un regalo antes que atravesarlo como un momento incómodo. Ahora bien, probemos tomar esta propuesta y la definición que acabamos de esbozar, para pensarlo al revés y llevar adelante la instancia de dar esa devolución. ¿Tomamos – como personas o como organizaciones – una postura propositiva? ¿Somos proactivos? ¿Nos esforzamos para ser creativos y tomar lo bueno del otro, del trabajo del otro, del comportamiento del otro, de los resultados del otro, para proponer algo todavía mejor, para guiarlo a una salida fructífera? ¿Enunciamos buenas preguntas que disparen reflexiones? O ¿nos paramos en posturas desafiantes, siendo reactivos, exaltando los aspectos negativos, adjudicándonos los permisos sobre lo que está mal y lo que estaría bien basados en verdades absolutas que ponen freno al proceso creativo? Continuar leyendo

01/11/17 Reseñas

Ébano

Ryszard Kapuscinski fue un hombre blanco. Es razonable suponer que vino al mundo como reencarnación tardía de Marco Polo, aunque empleado por la Agencia de Prensa Polaca en lugar de Kublai Khan. Pero si el bueno de Marco efectivamente reencarnó en Ryszard, lo hizo mejorado, como ocurre con todos los seres que tienden al «mahasamadhi». O quizás Marco y Ryszard hayan sido sendos avatares de una misma divinidad. El “Dios de la Crónica”, esa forma de descripción de los escenarios y los acontecimientos que agrada, emociona y promueve la reflexión a partir de la imparcialidad y la suspensión del juicio crítico.

Kapuscinski nació en Polonia pero vivió en África, dedicando diversas crónicas a sus vivencias de 40 años en un continente en proceso formal de «descolonización». Durante la segunda mitad del siglo XX, las grandes potencias europeas fueron abandonando el gobierno de los países africanos en favor de protoburguesias locales y ese cambio social es descripto en los relatos que menciono, sin pretensión alguna de moraleja política o filosófica, y en cambio con estricto ánimo antropológico o periodístico (pero no del militante). Ébano, es el libro que reúne esas historias, y así como «África» no existe, pues lo impide la diversidad de sus sub culturas, justo es decir que tampoco existe «Ébano».

África es un espacio de senderos que se transitan en fila india, senderos abiertos a pura pisada por pueblos que los recorrieron de modo irregular y discontinuo, camino hecho al andar. Pueblos que debieron migrar de modo permanente, forzados por las guerras de clanes o las guerras de la naturaleza. Pueblos que, si subsistieron malamente, solo lo hicieron por un impulso de mancomunidad. Es por eso que el individualismo no es posible en este continente, y entonces tampoco lo es su identidad.

Pero además, en África no existe el tiempo, que solo es voluntad de los sujetos y se activa o suspende según su deseo. No hacía falta Einstein para refutar las leyes universales de Newton. Ya lo habían refutado los africanos, cuyos transportes no salen a ningún horario sino solo cuando están llenos ¿Y que es aquello que ocurre en el intervalo en el cual se llena el transporte? ¿No es acaso «tiempo»? Pues en rigor, y para la experiencia de quienes aguardan, aquello nunca ocurrió. No hay espera en África. Solo suspensión de la actividad vital, solo pausa, solo elongación de Chronos, como si transcurriera a la velocidad de la luz, o aún más allá, adentro de la eternidad.

Y quizás por eso tampoco importa demasiado la muerte, cuando la estructura de la realidad incorpora en pie de igualdad a los vivos, a sus antepasados y a los espíritus, quienes intervienen de idéntica forma en el gobierno de las comunidades y sus decisiones administrativas, Triunvirato de poderes de los estados nación de Occidente, o Santísima Trinidad.

Al fin y al cabo, Ébano tampoco es esto que aquí les cuento, sus pocos senderos que si pude recorrer, esos caminos sinuosos que ya se cierran luego de mi paso y acaso no dejan rastro de alguna vez haber sido abiertos, como tantos otros que acaso hayan ocurrido o algunos más que algún día ocurrirán.

18/10/17 Relatos # , , ,

Masche Responde: Vocación y Liderazgo

Masche, El Raspador, fue convocado a un panel sobre Vocación y Liderazgo el pasado 30/6 en La Rural. A continuación un resumen de algunas preguntas que le formuló la audiencia al término de su ponencia y las respuestas que resumen su línea de pensamiento.

 

  1. ¿Qué te gustaría hacer sino hicieras lo que haces?

¡Algunas cuestiones antes de responder! Si bien siempre es interesante trazar una continuidad entre cada cosa que hacemos para aprender y perfeccionarnos, hoy en día es bien posible tener más de una carrera en la vida. Mitad porque las carreras han cambiado mucho y duran poco. Mitad porque la vida se ha extendido considerablemente para el promedio de la población mundial. A mí me parece fundamental imprimir tu propia identidad en tu profesión, o sea no ser solo Ingeniero, sino ser ESE Ingeniero que sos y que te distingue de los demás. Para eso tenes que conocerte bien. Otro tema esencial es amar lo que te toca hacer. La ocupación profesional en el mejor de los casos termina siendo una síntesis más o menos adecuada entre algunos aspectos vocacionales y algunas cuestiones de oportunidad. No existe “hacer lo que amas” en el vacío y sin condicionamientos. Pero es clave encarar la ocupación destacando los aspectos vocacionales (lo que permite imprimirle identidad al rol) y haciendo que funcionen las cuestiones de oportunidad.

Dicho todo esto, es decir, sabiendo que es posible construir más de una vocación en la vida, que se construye en la continuidad de la propia identidad y dedicándote con pasión a lo que te toca, hay una serie de cosas que podría estar haciendo sino hiciera lo que hago. La academia en ciencias sociales, la consultoría de negocios, la actividad política o la música, son algunos ejemplos…     

 

  1. ¿Qué les dirías que estudien a las nuevas generaciones? ¿Cómo te imaginas las profesiones en el futuro?

Estudien cualquier cosa pero… ¡luchen por acceder a estudiar! En particular algún lenguaje. Puede ser matemáticas, música o un idioma cualquiera. Un idioma les da la posibilidad de “aprender a desaprender” y eso es una competencia clave. El mundo del futuro será aún más especializado que el actual, pero el conocimiento de la especialidad durará mucho menos aún de lo que dura hoy. Las profesiones como las conocemos son un invento de la modernidad. Tienen 300 años cuanto mucho. El mercantilismo primero y luego la revolución industrial necesitaron de la especialización del conocimiento. Para enseñar ese conocimiento especializado se desarrollaron las profesiones y se estructuraron las currículas de formación. Hoy, dada la velocidad con la que cambian las cosas, el conocimiento técnico queda obsoleto en muy corto plazo. La mitad de las posiciones laborales que hoy existen, no existían hace 10 años. Así que lo importante es aprender una metodología que te permita actualizarte y estar conectado con los cambios. Hoy es más importante saber cómo hacer para que eso que sabes no se cristalice, no ocupe un espacio fijo, sino un espacio virtual, que mañana tiene que estar disponible para algo distinto. En algún momento las instituciones educativas asimilarán este cambio y ofrecerán currículas distintas o metodologías de aprendizaje diferentes, pero mientras tanto (y más que nunca) la responsabilidad de estar actualizado es de cada uno! Hoy no dejas de estudiar cuando dejas la Universidad. ¡Todo lo contrario! Por otro lado, es necesario formarse para un mundo que probablemente tenga reglas de juego bien distintas de las que conocemos hoy. No solo porque es probable que se consolide un orden global distinto en el mediano plazo, sino porque por primera vez en la historia de la humanidad, podemos ser contemporáneos de la “singularidad”, que hoy está estimada para el año 2045. 

 

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03/10/17 Relatos # ,

Reclutamiento y selección

Reclutamiento y selección

José llamaba en vacaciones. Tenía ese talento especial. No es que no llamara durante las horas laborales. Lo hacía también y repetidas veces. Pero tenía esa particular disposición del ánimo para intervenir mis vacaciones o feriados… Carla lo recuerda bien porque solía preguntar mientras armábamos las valijas: ¿“este año José viene con nosotros”?

José es el gerente de un área de negocios de la empresa donde trabajo. Y yo le brindo entre otros servicios, el de “reclutamiento y selección” de personal, es decir, lo asisto en el armado de sus ejércitos…

Reclutamiento y selección son dos procesos lineales y consecutivos. Sístole y diástole, expansión para la contracción, de supernova a enana blanca… En el Reclutamiento, los técnicos amplían la base de referencias, sondean las fuentes donde abrevan los candidatos, levantan las piedras y las alfombras en búsqueda frenética. Y para ello utilizan múltiples herramientas. Desde libretas donde otrora registraran nombres y perfiles hasta internet que no es sino la libreta donde los propios candidatos exponen sus características. Desde concurridas Ferias de empleos hasta llamadas confidenciales a deshoras y en tono cautivador. Pero ya en la Selección, la búsqueda se concentra sobre “los mejores”, los más aptos para la posición, quienes de a poco van cobrando poder en la dinámica del conocimiento mutuo, hasta que al final, allí está, “here it is, the One and Only, ladies and gentleman… the Oscar goes to….”

José es un clásico cliente de Procesos de reclutamiento y selección, moviéndose entre las coordenadas del “Guía de Turismo” o el “Paladar Negro”. Es decir: cuando tiene ya identificado a quien él cree que es “The One and Only”, lo único que demanda del rol de su proveedor es la instrumentación administrativa del alta del Elegido. O sea, se calza el traje de “Guía de turismo”. Vengan, suban, saquen fotos, bajen. En general, con un “Guía de turismo” no hay espacio para ningún tipo de aporte profundo, de decantación del conocimiento o de articulación del aprendizaje. Y entre otras cosas, esto ocurre porque usualmente el “Guía de turismo” no es un antropólogo, ni un filósofo, ni un historiador, y no podrá contestar reflexivamente ninguna cuestión que implique un replanteo estratégico.

  • José, ¿y si en realidad necesitamos una persona alternativa con otro perfil?
  • No.
  • ¿Hay una oportunidad para repensar la posición?
  • No.
  • ¿Una evaluación diferente sobre la necesidad real de cubrir la posición o una solución alternativa que no es precisamente una incorporación?
  • No.

“No sé lo que quiero, pero lo quiero YA!!!”, decía el Gran Luca. Así que no importa mucho si Stonehenge fue un monumento astronómico o un tótem a la inmortalidad del alma. Vengan, suban, saquen fotos y bajen.  Y no me hagan perder tiempo!!!

Sin embargo, si no está ya identificado el “ganador del Oscar al Ingreso del Siglo”, entonces el cliente descubre que tiene “Paladar Negro” y pide la incorporación de Robert Redford para fungir de cadete y propone como fecha de cobertura pasado mañana…

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19/09/17 Reseñas # ,

De la ética del trabajo a la estética del consumo ll

Retomamos en esta edición el trabajo de Horacio Bolaños sobre la obra de Zygmunt Bauman.

 

Consumo y educación

Ahora bien, este conjunto de habilidades del “buen consumidor” ¿dónde se aprenden? La espontaneidad, el dejarse tentar, el estar alerta ante lo novedoso, lo divertido, lo instantáneo ¿requiere de formación previa? ¿Es preciso capacitarse, estudiar, entrenarse para ser un efectivo integrante del conjunto de los consumidores? ¿Son necesarias instituciones como otrora las fábricas, los talleres, los cuarteles (temporariamente obligatorios) para modelar a los nuevos agentes sociales? Todo parece indicar que las respuestas a estos interrogantes son negativas. Es el mismo mercado el que moldea a sus actores diestros y exitosos. ¿Es de extrañar entonces la crisis de nuestro sistema educativo?

Como el conocimiento requerido para las elecciones –fugaces- en el mercado es empírico, se procuran recetas y no fundamentos, reacciones y no deducciones, aproximaciones y no precisiones. ¿Puede extrañar, entonces el éxito de los gurúes, los falsos profetas, los brujos y los traficantes de paraísos químicos?

 

La estética del consumo

La sociedad de consumo es la sociedad de las sensaciones, de los estímulos, del vértigo. Por ello habla Bauman de la estética: “El consumo, siempre variado y rico, aparece ante los consumidores como un derecho para disfrutar y no una obligación para cumplir”. Los consumidores se guían por intereses estéticos, no por normas éticas. Porque es la estética, no la ética, el elemento integrador en la nueva comunidad de consumidores. La sociedad de la producción asignaba un valor central al trabajo bien realizado, la estética premia más las experiencias cortas e intensas. El cumplimiento del deber tenía su lógica interna que dependía del tiempo y por eso lo estructuraba, le otorgaba una orientación, le confería sentido a nociones como acumulación gradual o demora de las satisfacciones. Ahora en cambio, ya no hay razones para postergar la búsqueda de nuevas experiencias; la única consecuencia de esa demora es la pérdida de oportunidades, porque la oportunidad de vivir una experiencia no necesita preparación ni la justifica; llega sin anunciarse y se desvanece si no se aprovecha.

Como del futuro se espera que depare cada día nuevas y más sorpresas a ser satisfecha de manera inmediata, tanto el ahorro como la previsión pierden su atractivo. Por lo tanto, tratar de anticipar el futuro, programándolo, le quita el encanto de la sorpresa y el vértigo.  ¿Es de extrañar, entonces la crisis de los sistemas jubilatorios?

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05/09/17 Reseñas # ,

De la ética del trabajo a la estética del consumo

Horacio Bolaños es Licenciado en Filosofía de la UBA. Ha sido Gerente de Capacitación y Desarrollo en Xerox Argentina, en ESSO Argentina y en Grupo Quilmes. Los últimos años fue Director en Great Place to Work de Argentina, Uruguay y Paraguay. En las siguientes dos ediciones, publicamos de su pluma, un agudo análisis sobre la obra de Zygmunt Bauman.

 

Con este llamativo título comienza Zygmunt Bauman el segundo capítulo de su libro Trabajo, consumismo y nuevos pobres[1].  Bauman fue profesor emérito de la Universidad de Leeds (GB) y un prestigioso pensador de las ciencias sociales que se especializó en el análisis de las transformaciones del capitalismo tardío (o posmodernidad). En las líneas siguientes trataremos de presentar los puntos salientes de su análisis de ese trabajo e intentaremos aportar algunas reflexiones sobre el tema.

El título nos obliga, primero a recordar las diferencias entre ética y estética. La ética es la reflexión filosófica (es decir, sistemática y crítica) sobre el fundamento de las normas morales. Su campo es el del deber ser.  La estética, por su parte, en la concepción tradicional, es la reflexión filosófica sobre los fundamentos del arte, las preferencias, las sensaciones. Su campo, al menos en el sentido con que lo utiliza Bauman, es el de las experiencias de los sentidos.

 

La ética del trabajo

 Al hablar de ética del trabajo, Bauman se refiere a los valores centrales que necesitó articular la sociedad occidental a partir de la revolución industrial. Sin una valoración del esfuerzo, del trabajo organizado, de la disciplina, de la postergación del disfrute, no hubiera sido posible estructurar organizaciones como los grandes centros fabriles de donde surgieron las rugientes locomotoras, los deslumbrantes transatlánticos o las contaminantes usinas eléctricas, características de los primeros años del siglo XX. Por tal motivo, la sociedad de nuestros abuelos y bisabuelos también se la entiende como la sociedad de la producción, dado que sus integrantes se dedicaron, principalmente, a ella.

La manera en que aquella sociedad formaba a sus integrantes estaba dada por la necesidad de desempeñar el papel de productores, por lo tanto, la obligación que se imponía a sus miembros era la de adquirir la capacidad y la voluntad de producir. Pero producir de manera serial, mecánica, masiva y reiterativa.

Por eso, la forma en que aquellas organizaciones moldeaban a la gente procuraba comportamientos predecibles y pautados. La fragmentación de las tareas en pasos simples aseguraba el intercambio impersonal de sus ejecutantes.  Es por estas características que, tal como señala acertadamente Peter Druker, el modelo militar de los cuarteles territoriales y del servicio militar obligatorio fue un patrón rápidamente adoptado por las incipientes fábricas de producción seriada.

La “ocupación“ de las personas ayudaba a que éstas encontraran una identidad y su ubicación en la estructura de la sociedad. Los obreros, los supervisores, los gerentes o los propietarios constituían grupos separados con pautas de vida homogéneas entre sí, hecho que permitió el origen del concepto de clase social. La clase, a su vez, condicionaba fuertemente las vocaciones y el proyecto de vida. Continuar leyendo

24/08/17 Relatos # , , ,

Victoria Pirlica

Victoria Pirlica

Robben juega para Holanda. Es decir, juega para el Bayern Munich alemán, donde reclamó y obtuvo a fuerza de goles la camiseta número 10. Pero su condición de holandés, además de los mencionados goles claro, le habilitaron la posibilidad de ingresar al seleccionado de su patria. Allí fueron vanas sus gestiones para hacerse de la camiseta de los Elegidos, así que tuvo que conformarse con la 11. Lleva jugados 50 partidos con la selección nacional, marcó 28 goles. Nada mal. Solo su metro ochenta y cuatro y sus 80 kilos lo convertirían en una amenaza. Pero su extraordinaria velocidad es lo que lo transforma definitivamente en una pesadilla.

Es junio de 2014 y Holanda abrió su participación en el mundial de Brasil jugando contra España. Reeditando la final de Sudáfrica. En aquella, los españoles consiguieron vencer por 1 a 0. Gol de Iniesta a minutos del final. Es por eso que para el mundillo futbolístico, el partido Holanda – España tenía varios condimentos. La oportunidad de “volver a jugar” la final del Mundo, abre mil sensaciones de desafío, temor al fracaso o placer de venganza. Fue esto último. Holanda ganó 5 a 1. El cachetazo fue la segunda peor goleada que sufriera España en un mundial.

Nuestro amigo Robben jugó el partido y marcó dos goles. Me interesa relatarles el segundo. Pero van a tener que imaginarse el tono épico de Victor Hugo o la nasalidad de Mariano Closs.

Van 30 del segundo tiempo y Holanda ya gana 4 a 1. España está volcado en ataque, herido en su orgullo, desesperado por acortar diferencias. Silva, el hábil torero español, trastabilla y suelta la pelota cerca del córner izquierdo de la defensa holandesa. Salen los naranjas desde el fondo con su lateral izquierdo, que roba la pelota sobre la marca de Silva. Da tres pasos y ve que Robben avanza pisando la mitad de la cancha, sobre el sector derecho. Ahí nomás, sin pensarlo demasiado, cruza el pelotazo de 35 metros, de izquierda a derecha, al ras del piso y al botín derecho del 11. Con la defensa española plantada en la mitad de la cancha, achicando el campo de juego para tirar a Holanda contra su arco, Robben recibe la bocha y se da cuenta de que está llamado a su juego: la velocidad!! Así que enfrenta a su marcador a todo vapor! Y si, ya antes de enfrentarlo le saco 1 metro y medio. Imposible pararlo, piensa Sergio Ramos, el fuerte stopper del Real Madrid que quedó burlado por Robben, y decide correrlo desde atrás, con la esperanza de que suelte el balón o de que, próximo al área, deba pensar que hacer y la desaceleración de la decisión otorgue la oportunidad de hacharlo. A la izquierda pica Van Persie, el 9 de Holanda, figura del Arsenal de Inglaterra. Ya hizo dos goles en el partido y Robben sabe que si algo no va a hacer es darle la oportunidad de marcar el tercero a su “compañero”, así que se mete en el área hecho una furia. Sale Casillas, el 1 español. Ramos y Pique llegan detrás de Robben, pero ahí mismo se está produciendo la desaceleración que esperaba Ramos, lo ven? Robben duda y al enfrentar a Casillas para la marcha. Como entró al área por derecha y él es zurdo, eludirlo a Casillas por derecha no es su mejor opción. Además le cierra mucho el ángulo para la definición. Y además Pique y Ramos decidieron no colgarlo, sino dejarlo solo en su duelo con Casillas y pasar de largo a cubrir la línea del gol. Pero descuidan a Van Persie que ahora si es la opción más segura para el gol de Holanda!! Dale Robben!! Largala para Van Persie y es gol!! Continuar leyendo

08/08/17 Reseñas

La sociedad del cansancio II

Sujeto de Rendimiento y Libertad Paradójica.

El “sujeto de rendimiento” está libre de un dominio externo que lo obligue a trabajar o incluso lo explote. Es dueño y soberano de sí mismo. De esta manera, no está sometido a nadie, mejor dicho, solo a sí mismo. En este sentido se diferencia del “sujeto de obediencia”. La supresión de un dominio externo no conduce a la libertad, más bien hace que la libertad y la coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento. El exceso de trabajo se agudiza y se convierte en auto explotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad. El explotador es al mismo tiempo el explotado. Víctima y verdugo ya no pueden diferenciarse. Esta auto referencialidad genera una libertad paradójica que a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia. Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esa libertad paradójica.

Pedagogía del Mirar

En “El ocaso de los dioses” Nietzsche formula tres tareas por las que se requieren educadores: hay que aprender a mirar, a pensar, a hablar y a escribir. Aprender a mirar significa “acostumbrar el ojo a mirar con calma y paciencia, a dejar que las cosas se acerquen al ojo”. (…) Según el autor uno tiene que aprender a “no responder inmediatamente a un impulso, sino a controlar los instintos que inhiben y ponen término a las cosas”. La vileza y la infamia consisten en la “incapacidad de oponer resistencia a un impulso”. (…) Reaccionar a cada impulso es en si ya una enfermedad, un declive, un síntoma del agotamiento. (…) En cuanto acción que dice “NO” y es soberana, la “vita contemplativa” es más activa que cualquier hiperactividad.

El cansancio que separa

El cansancio de la sociedad de rendimiento (…) es violencia, destruye toda comunidad, toda cercanía, incluso el lenguaje. (…) Handke contrapone el cansancio elocuente, capaz de mirar y reconciliar, al cansancio sin habla, sin mirada y que separa. El cansancio como un “Mas del yo aminorado”, abre un “entre” (…). El “entre” es un espacio de amistad como indiferencia, donde “nada ni nadie domina”. Cuando el Yo se aminora, la gravedad del ser se desplaza del Yo al mundo. Se trata de un “cansancio que da confianza en el mundo”, mientras que el cansancio del Yo es un cansancio que lo aniquila.

El cansancio del “entre” permite un sosiego especial, un no-hacer sosegado. No consiste en un estado en que se apaguen los sentidos. En el despierta más bien una visibilidad especial (…)

01/08/17 Reflexiones , Reseñas # ,

La sociedad del cansancio

La sociedad del cansancio

En las últimas ediciones hemos intentado reflexionar sobre dos condicionantes del comportamiento humano: por un lado, el impacto de las nuevas tecnologías, en particular internet; por otro, la definición de un sistema estructurado a partir de la posibilidad de la mirada permanente del otro: el panóptico.

Byung- Chul Han nos permite contemplar estas dos ideas y darles consistencia bajo la lógica de una explicación más amplia.

Según el filósofo coreano, así como el Panóptico había definido un patrón de comportamientos esperados en la Era Industrial, el hombre de la Posmodernidad ha abandonado el temor provocado por la amenaza de la mirada disciplinaria de un tercero, sustituyéndolo por una noción aún más eficiente y exigente: la permanente demanda de rendimiento. Si las cárceles, las fábricas y la escuela se habían erigido como “instituciones panópticas”, son las torres corporativas y los gimnasios las nuevas instituciones de rendimiento del siglo XXI. Allí la supervivencia solo se alcanza a base de hiper-exigencia y exceso de positividad. Vacío de negatividad, de “no poder”, el superhombre Posmoderno que “todo-lo-puede” exige su propio rendimiento hasta llevarlo al límite de lo posible y aún más allá. Eso le provoca dos efectos simultáneos;

  • El primero por supuesto, es el cansancio, el agotamiento que se produce cuando no hay posibilidad primaria de aburrirse sino carrera desesperada por llenar cada espacio que se adivina quedará incompleto. El aburrimiento crea la condición de posibilidad de la originalidad, en cambio, la huida del aburrimiento, solo reproduce el status quo.
  • El segundo efecto es la depresión. La mirada no solo disciplina. Antes que eso, ella constituye al observado como persona erótica. El impulso vital es Eros, al Eros sigue el Logos. Sin intención erótica no hay como jugar y entonces no hay oportunidad de ser. Sin aquel que mira no hay Eros. Al no participar del Eros ni del Logos, el hombre Posmoderno queda marginado de todo intento de mutuo reconocimiento y se hunde en la depresión. Por eso las enfermedades contemporáneas no son infectológicas sino neurológicas, se trata del hombre buscando ser visto para redimirse de su propio agotamiento autoimpuesto. Justamente es en la “vida on line” donde más se fomenta esta despersonalización de la mirada, donde cada individuo pierde registro del reconocimiento de un tercero y solo es visto por sí mismo.

Mientras completaba la lectura, escuchaba una propaganda en la radio: «Familia, Deporte, Trabajo, Deporte, Trabajo, Familia, Trabajo, Deporte, Familia…. No podes más? Tomá vitaminas Aurelio. Vitaminas Aurelio. Para alcanzar tu máximo potencial.»

Notable como la sociedad del rendimiento bajo la pretensión de liberarnos promueve el encarcelamiento en nuestra propia lógica de máxima performance, a la par que ofrece para ello energía en pastillas… ¿Y la libertad? ¿Y la elección? ¿Y la vocación?

En la próxima entrega, seleccionamos a modo de Resumen algunos pasajes de “La Sociedad del Cansancio”, directamente de la pluma del autor.

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