La conciencia colectiva no abunda. De los argentinos, pueden nombrarse muchas virtudes, pero la capacidad de llevar adelante proyectos compartidos no es precisamente una. Dicen que nos destacamos por nuestro talento individual, flexibilidad y capacidad de salir airosos de situaciones complicadas. Pero nos cuesta el trabajo en equipo, el respeto por la diferencia y el compromiso común. Harto conocida es la observación futbolística acerca de la Selección Nacional, foro de los mejores talentos que no logran desarrollarse como equipo. En lo personal, más de una vez me he encontrado pensando que estoy dando lo mejor de mí por una causa compartida con otros, pero pocas veces resisto la prueba del espejo. Va aquí un espejo posible, para ponernos a prueba en el prerrequisito del difícil camino hacia la Visión Compartida: La Actitud de Colaboración.
Nuestra primera estación es el BOICOT ACTIVO. La visitamos cada vez que desplegamos la capacidad de crear una restricción, poner un obstáculo u originar un conflicto y decidimos hacerlo de manera programada, intencional y sostenida. Por ejemplo, desarrollar una estrategia consciente para que otros fracasen. En los juegos de suma cero no hay otra alternativa, porque la ganancia de un competidor es la pérdida del otro, pero cuando se trata de una situación “Ganar-Ganar”, el boicot activo genera un auto-boicot.
BOICOT PASIVO: Cuando tenemos la capacidad de crear una restricción, poner un obstáculo u originar un conflicto y decidimos hacerlo de manera sutil, restando colaboración cuando se requiere que nos involucremos en el tema. Ejemplo: No sumo recursos propios necesarios para un proyecto común o me convierto en portavoz de las dudas cuando se necesita mayor impulso.
COLABORACION PASIVA: Tenemos la capacidad de provocar una restricción, poner un obstáculo o crear un conflicto y decidimos no hacerlo. En el BOICOT PASIVO la capacidad de sabotaje se aplica sutilmente. En la COLABORACION PASIVA la capacidad de sabotaje que se posee no se utiliza. Ejemplo: No soy portavoz de las dudas pero tampoco tengo un discurso favorable. Siempre que puedo optar, elijo no tener discurso. Me quedo callado a menos que no tenga alternativa. Me involucro exclusivamente cuando me lo piden.
COLABORACION ACTIVA: Tenemos a nuestro alcance elementos para prestar colaboración y decidimos hacerlo. Me manifiesto a favor de la iniciativa de otros. Ejemplo: Colaboro con recursos, tiempo y opinión en el proyecto, sin embargo, siento que el proyecto es de alguien más. Me involucro en tanto me lo permitan los compromisos propios, mi agenda personal. Estoy convencido de la utilidad del proyecto común pero me defino como espectador, no como protagonista
VISION COMPARTIDA: Me hago cargo de mi parte en el todo y entiendo la relación entre el todo y mi parte. Me hago responsable del éxito o fracaso del proyecto común. Tomo el liderazgo en mi espacio de responsabilidad y lo comparto con los otros en sus respectivos espacios. El proyecto no es de alguien más, yo no presto ayuda al proyecto de otro, yo también soy dueño del proyecto. El proyecto es de todos.
Mi opinión: No veo la vida social transcurriendo en permanente Boicot, pero me confieso jugando junto con el entorno en algún lugar entre la Colaboración Pasiva y la Activa. Sin embargo, todavía creo en la idea de que aumentar la colaboración es la única forma de producir un salto dramático de productividad.
Lamentablemente, no puedo ofrecer demasiadas evidencias manifiestas de dicha hipótesis, excepto una intuición futbolera que asoma cada vez que veo jugar al Barcelona.